12/03/2022 | 21:00h - Noticias de actualidad

 

Citroën Xsara Kit Car & Circuito

Los tres mosqueteros del doble Chevron

Iván Hernández

Nuevamente el equipo Auto Laca Competición vuelve abrir las puertas de su museo particular para sacar algunas de sus piezas más cotizadas, en este caso se trata del modelo Citroën Xsara. Vehículos que salen en modo exhibición en la Subida de Juncalillo.

Y lo hace con tres unidades en cuestión, dos de ellos en versión Kit Car y la otra es un coche que iba destinado a participar en circuitos.

Unidad número N607. (Con la que disputó el Campeonato de España de Rallyes de Asfalto de 1998 a 2000 Jesús Puras)

En al año 97 la marca francesa iba a sacar en escena lo que sería su modelo estrella, el Xsara, y en el departamento de competición de la marca vieron el filón perfecto para comenzar un proyecto encuadrado dentro de la categoría Kit Car. Unos vehículos con motores atmosféricos, de dos litros de cilindrada, con tracción delantera, y unos anchos de vías bastantes significativos con respecto a sus hermanos mayores de aquellos años, los WRC. Todo eso hacía que se diera una contingencia no exenta de polémica sobre todo en las pruebas de asfalto lógicamente. El reglamento llevó a que esta categoría Kit Car, y en cuestión los Citroën Xsara batieran a los vehículos de la primera categoría y casi que los hicieran invencible, y es que la relación "peso - potencia" les salía muy favorable. Un dato muy curioso aportado por Julián Piedrafita, el que fuera jefe del departamento de competición de la marca en España, es que, el Citroën Xsara Kit Car empuja por cada caballo, 3,25 Kg. Y por ejemplo el Peugeot 206 WRC 4,10 Kg. Como ven la diferencia es considerable, motivo por el que los hacían imbatibles en asfalto incluso en condiciones mojadas. Quizás el talón de aquiles eran las subidas y con curvas algo cerradas.

Este coche fue el reloj suizo del asfalto, dando unos resultados extraordinarios ya no solo en el Campeonato francés, sino además, y como comentamos anteriormente en las pruebas de asfalto del Mundial de Rallyes.

Aprovecharon un reglamento donde los de la FIA quizás no midieron bien todos los detalles y subestimaron esta modalidad. Al final también llegó la queja lógica de aquellos equipos que sí hacía todo el campeonato para intentar lastar o ponerle cordura al aspecto "peso - potencia" que era el mayor poder de estos vehículos.


En España la película también se repetía, el binomio Piedrafita Sport y Citroën Hispania hacían correr en el campeonato de nuestro país otro Xsara en manos del piloto cántabro Chus Puras, debutando en la temporada 98 y con resultados aplastantes y casi imbatibles, logrando el campeonato. Al año siguiente siguieron calcando la temporada anterior y también la del 2000, aunque este año sería el piloto canario Ricardo Avero quien afrontara la última prueba del campeonato, Salou y un rally en Tenerife.

La temporada siguiente volvía a retomar el testigo nacional Avero, eso sí esta vez los de Piedrafita tenían una encomendación especial, encargarse del coche francés en su campeonato.

Esos años desde Francia aun dejaban bastante manga ancha a los preparados "locales" aunque obviamente siguiendo directrices desde Citroën Sport a lo que la preparación se refería. Seguían pautas pero sí que había muchos aspectos que podías cambiar o en su defecto modificar. Con lo que se demostró que el coche español estaba algunos pasos por encima del galo.

El equipo disponía de una unidad que era la que utilizaban para correr, en este caso la que llevó Chus Puras (N607) y una segunda que estaba desmontaba por completo (N606), con lo que disponían de un gran abanico de repuestos para afrontar cualquier contingencia, además de ese importantísimo estocaje de piezas contaban con tres motores modificados en Piedrafita Sport .

El material para Canarias

Dentro de la marca deciden involucrarse en el proyecto WRC, y es en este punto donde aparece el señor D. Ángel Ramos, propietario de Auto Laca Competición y adquiere todo el material del equipo. Aunque ellos ya disponía de una unidad que fue la primera que se vio por Canarias llegada de Francia y que luego vendieron. Con la llegada de las nuevas unidades tenían en mente continuar alargando la vida en competición del modelo, y seguir poniéndolo en muchas pruebas del certamen canario de rallyes de asfalto.

- Guy Fréquelin le pide una operación bastante en cubierto a Julián, llevar a Francia la unidad española para Loeb -

En este coche se produjo una circunstancia muy especial, y es que en la temporada 2001 Julián Piedrafita se encontraba enrolado dentro del team, Citroën Sport disputando el Campeonato de Francia, y un jovencito Sebastien Loeb comete un error en la meta de un tramo que se había alargado en el Rally du Rouergue, dejando el Xsara bastante maltrecho. Guy Fréquelin en ese momento le pide una operación bastante en cubierto a Julian, traer la unidad española para que Loeb pudiera finalizar las tres pruebas que faltaban del campeonato. Y en "petit comité" fue lo que pasó, desplazan el coche, lo decoran como el Xsara francés, le cambian las placas de matrículas por las francesas y nadie se enteró.


Otra unidad (N606)

La segunda unidad fue la que utilizó Ricardo Avero ese año 2001 en el certamen nacional e insular. Y digamos que volvió a renacer hace bien poco (N606) ya que llevaba en modo despiece desde hace bastante tiempo. Este coche tiene la particularidad que la carrocería perteneció al desaparecido piloto francés Philippe Bugalski llevando la numeración de placa (22 BJ 92) en las pruebas que disputó.

Con mucha entrega y amor por este deporte un equipo humano se pone manos a la obra para armar el puzzle. Por un lado la carrocería, por el otro tiran de muchas piezas de las que ya disponían en las instalaciones y algunas otras de ingenio, o "secreto profesional", eso sí, nunca sin perder la esencia de lo que fue el Kit Car.

 

Un coche laboratotio

Y el tercer Xsara es uno de esos proyectos que desde un despacho deciden hacerlo pero por esos desmanes del destino termina arrinconado en algún garaje. Es el caso de este coche. Un proyecto que nacía en Francia destinado a los circuitos, con una idea inicial de fabricar unas tres decenas pero que solo hicieron un vehículo laboratorio, el que rescata del olvido Ángel Ramos y lo pone en su museo.

La particularidad de este coche es que disponía de un motor V6 de tres litros, el mismo que montaban el Citroën XM o el Peugeot 406, que rondaban los doscientos caballos.

La verdad que deben de haber cientos de situaciones como estas e incluso se va más allá a la hora de desarrollar coches de competición. Circunstancias donde no solo se queda la idea plasmada en un papel sino que además se materializa para luego en el mejor de los casos, quedar en un olvido permanente. Afortunadamente quedan persona como el patrón de Auto Laca Competición que localiza y se interesa por cosas como estas, le da una nueva vida junto a su equipo humano para dispensar ese esplendor que, si no fuera por ese tesón ni nos enteramos que eso existió.

Y estos son a groso modo los tres mosqueteros del doble chevron, piezas que han adquirido un valor considerable con el paso del tiempo, sobre todo los Kit Car debido también a las pocas unidades que hay disponibles en el mundo, quizás no superando la docena. Afortunadamente se conservan en un estado sublime y en ciertas ocasiones tenemos la suerte de verlos rodar.


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