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Iván Hernández
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Nuevamente
el equipo Auto Laca Competición vuelve
abrir las puertas de su museo particular para
sacar algunas de sus piezas más cotizadas,
en este caso se trata del modelo Citroën
Xsara. Vehículos que salen en modo exhibición
en la Subida de Juncalillo.
Y
lo hace con tres unidades en cuestión,
dos de ellos en versión Kit Car y la otra
es un coche que iba destinado a participar en
circuitos.
Unidad número N607. (Con la que disputó
el Campeonato de España de Rallyes
de Asfalto de 1998 a 2000 Jesús Puras)
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En
al año 97 la marca francesa iba a sacar
en escena lo que sería su modelo estrella,
el Xsara, y en el departamento de competición
de la marca vieron el filón perfecto para
comenzar un proyecto encuadrado dentro de la categoría
Kit Car. Unos vehículos con motores atmosféricos,
de dos litros de cilindrada, con tracción
delantera, y unos anchos de vías bastantes
significativos con respecto a sus hermanos mayores
de aquellos años, los WRC. Todo eso hacía
que se diera una contingencia no exenta de polémica
sobre todo en las pruebas de asfalto lógicamente.
El reglamento llevó a que esta categoría
Kit Car, y en cuestión los Citroën
Xsara batieran a los vehículos de la primera
categoría y casi que los hicieran invencible,
y es que la relación "peso - potencia"
les salía muy favorable. Un dato muy curioso
aportado por Julián Piedrafita, el que
fuera jefe del departamento de competición
de la marca en España, es que, el Citroën
Xsara Kit Car empuja por cada caballo, 3,25 Kg.
Y por ejemplo el Peugeot 206 WRC 4,10 Kg. Como
ven la diferencia es considerable, motivo por
el que los hacían imbatibles en asfalto
incluso en condiciones mojadas. Quizás
el talón de aquiles eran las subidas y
con curvas algo cerradas.
Este
coche fue el reloj suizo del asfalto, dando unos
resultados extraordinarios ya no solo en el Campeonato
francés, sino además, y como comentamos
anteriormente en las pruebas de asfalto del Mundial
de Rallyes.
Aprovecharon
un reglamento donde los de la FIA quizás
no midieron bien todos los detalles y subestimaron
esta modalidad. Al final también llegó
la queja lógica de aquellos equipos que
sí hacía todo el campeonato para
intentar lastar o ponerle cordura al aspecto "peso
- potencia" que era el mayor poder de estos
vehículos.
En
España la película también
se repetía, el binomio Piedrafita Sport
y Citroën Hispania hacían correr en
el campeonato de nuestro país otro Xsara
en manos del piloto cántabro Chus Puras,
debutando en la temporada 98 y con resultados
aplastantes y casi imbatibles, logrando el campeonato.
Al año siguiente siguieron calcando la
temporada anterior y también la del 2000,
aunque este año sería el piloto
canario Ricardo Avero quien afrontara la última
prueba del campeonato, Salou y un rally en Tenerife.
La
temporada siguiente volvía a retomar el
testigo nacional Avero, eso sí esta vez
los de Piedrafita tenían una encomendación
especial, encargarse del coche francés
en su campeonato.
Esos
años desde Francia aun dejaban bastante
manga ancha a los preparados "locales"
aunque obviamente siguiendo directrices desde
Citroën Sport a lo que la preparación
se refería. Seguían pautas pero
sí que había muchos aspectos que
podías cambiar o en su defecto modificar.
Con lo que se demostró que el coche español
estaba algunos pasos por encima del galo.
El
equipo disponía de una unidad que era la
que utilizaban para correr, en este caso la que
llevó Chus Puras (N607) y una segunda que
estaba desmontaba por completo (N606), con lo
que disponían de un gran abanico de repuestos
para afrontar cualquier contingencia, además
de ese importantísimo estocaje de piezas
contaban con tres motores modificados en Piedrafita
Sport .
El
material para Canarias
Dentro
de la marca deciden involucrarse en el proyecto
WRC, y es en este punto donde aparece el señor
D. Ángel Ramos, propietario de Auto Laca
Competición y adquiere todo el material
del equipo. Aunque ellos ya disponía de
una unidad que fue la primera que se vio por Canarias
llegada de Francia y que luego vendieron. Con
la llegada de las nuevas unidades tenían
en mente continuar alargando la vida en competición
del modelo, y seguir poniéndolo en muchas
pruebas del certamen canario de rallyes de asfalto.
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Guy Fréquelin le pide una operación
bastante en cubierto a Julián, llevar a
Francia la unidad española para Loeb -
En
este coche se produjo una circunstancia muy especial,
y es que en la temporada 2001 Julián Piedrafita
se encontraba enrolado dentro del team, Citroën
Sport disputando el Campeonato de Francia, y un
jovencito Sebastien Loeb comete un error en la
meta de un tramo que se había alargado
en el Rally du Rouergue, dejando el Xsara bastante
maltrecho. Guy Fréquelin en ese momento
le pide una operación bastante en cubierto
a Julian, traer la unidad española para
que Loeb pudiera finalizar las tres pruebas que
faltaban del campeonato. Y en "petit comité"
fue lo que pasó, desplazan el coche, lo
decoran como el Xsara francés, le cambian
las placas de matrículas por las francesas
y nadie se enteró.
Otra
unidad (N606)
La
segunda unidad fue la que utilizó Ricardo
Avero ese año 2001 en el certamen nacional
e insular. Y digamos que volvió a renacer
hace bien poco (N606) ya que llevaba en modo despiece
desde hace bastante tiempo. Este coche tiene la
particularidad que la carrocería perteneció
al desaparecido piloto francés Philippe
Bugalski llevando la numeración de placa
(22 BJ 92) en las pruebas que disputó.
Con
mucha entrega y amor por este deporte un equipo
humano se pone manos a la obra para armar el puzzle.
Por un lado la carrocería, por el otro
tiran de muchas piezas de las que ya disponían
en las instalaciones y algunas otras de ingenio,
o "secreto profesional", eso sí,
nunca sin perder la esencia de lo que fue el Kit
Car.
Un
coche laboratotio
Y
el tercer Xsara es uno de esos proyectos que desde
un despacho deciden hacerlo pero por esos desmanes
del destino termina arrinconado en algún
garaje. Es el caso de este coche. Un proyecto
que nacía en Francia destinado a los circuitos,
con una idea inicial de fabricar unas tres decenas
pero que solo hicieron un vehículo laboratorio,
el que rescata del olvido Ángel Ramos y
lo pone en su museo.
La
particularidad de este coche es que disponía
de un motor V6 de tres litros, el mismo que montaban
el Citroën XM o el Peugeot 406, que rondaban
los doscientos caballos.
La
verdad que deben de haber cientos de situaciones
como estas e incluso se va más allá
a la hora de desarrollar coches de competición.
Circunstancias donde no solo se queda la idea
plasmada en un papel sino que además se
materializa para luego en el mejor de los casos,
quedar en un olvido permanente. Afortunadamente
quedan persona como el patrón de Auto Laca
Competición que localiza y se interesa
por cosas como estas, le da una nueva vida junto
a su equipo humano para dispensar ese esplendor
que, si no fuera por ese tesón ni nos enteramos
que eso existió.
Y
estos son a groso modo los tres mosqueteros del
doble chevron, piezas que han adquirido un valor
considerable con el paso del tiempo, sobre todo
los Kit Car debido también a las pocas
unidades que hay disponibles en el mundo, quizás
no superando la docena. Afortunadamente se conservan
en un estado sublime y en ciertas ocasiones tenemos
la suerte de verlos rodar.