04/12/2015 | Entrevista | 16:30h.

ENTREVISTA | Un poquito de Germán Santiago

Iván Hernández

Germán Santiago nace en el seno de una familia humilde del norte de la isla de Gran Canaria, concretamente en el pintoresco pueblo de Fontanales, con mucha tradición a los rallys y testigo de innumerables batallas de competición sobre las cuatro ruedas.

Ya desde niño la inquietud por las carreras le llevo a proponerse ser el protagonista de ellas, quizás no como actor principal, que ¿porque no?, para ello trabaja y se esfuerza, pero de momento se conformaba con ser un actor secundario de la película. En su juventud acomete infinidad de episodios sobre coches destartalados, más digno de un desguace que de otra cosa, pero ya en el año 2001 se pone manos a la obra y realiza su sueño realidad, estar presente en la salida de un rallye.

Compra un Peugeot 205 GTi, en el que se va batiendo contra el crono, pronto empezaría a dejar huella, entre los aficionados y público en general, ya no solo por los tiempo que lograba con ese pequeñito y limitado coche, sino por ese estilo de conducción agresivo y a la vez efectivo que realizaba, sobresaliendo esa cualidad muy especial, y no muy común sobre todo entre los pilotos de su igual estatus.

Con un sublime espíritu de superación y unas ganas incesante a optar a cotas mayores, es en lo que se ha convertido la persona de Germán Santiago, el intentar superar esa barrera de "querer y no poder", a pesar de todo, no tira la toalla y cada día trabaja y confía, en que ese día se haga realidad.


¿Cómo que te dio por los rallyes?

Pues la razón es que yo vivía en una zona próxima a Pinos de Galdar y cerca del pueblo de Fontanales (Gran Canaria) lugares muy populares dentro de los rallys, y recuerdo que un año que vinieron al Rallye El Corte Inglés, los Nissan 240 RS de Terry Kaby y Shekhar Mehta y uno de los tramos tenía su salida muy cerquita de mi casa. Vi a lo lejos esos colores muy llamativos en la decoración de los coches, esos naranjas fluorescente y ese sonido que tenían, y la verdad que me llamó mucho la atención, hasta tal punto que salí corriendo para verlos más cerca, incluso mi madre me gritaba, yo ni caso, a lo mío que iba, hasta que ya pues ahí estaba yo a pie de cuneta viendo aquello que tanto me marcó. Y a partir de ese momento pues comencé a ir a los rallys en bici e incluso recuerdo hasta haciendo autostop irme a un tramo a Fataga.

¿Qué se te pasó por la mente, el día que estabas en la salida, para disputar tu primer tramo cronometrado?

Recuerdo que mi primer coche de carreras fue el Peugeot 205 GTI que fue de Manolo Santana, también recuerdo que el traspaso lo hicimos un jueves antes de una carrera y yo ya estaba inscritos y había estrenado ya la prueba, cuando aun no tenía en mi poder un vehículo para correr. Y bueno todo nuevo de sopetón, la única ligera idea de tenía, era cuando copiloté al Luis Montesdeoca en el año 1995, del resto partíamos de cero.

Debutamos en el Rallyes de Santa Brígida y en mi mente había sensación de ansiedad por pilotar, más tarde ya nos llevamos una gran alegría porque tras disputar los tres primeros tramos estábamos colocados en el puesto dieciséis de la general y gran sorpresa para el equipo y el mecánico que nos asistía.

¿El día más bonito que has vivido en las carreras, cual ha sido?

Un recuerdo mejor que otro, es difícil decirte ahora, quizás celebrar una victoria de los hermanos Vallejo en el Rally El Corte Inglés en el cual entre comillas formé parte de esa victoria, al cual me une una gran amistad con ellos. Y bueno me quedo con todo en general, soy un amante de este deporte de los rallys, y siempre me gusta participar en ellos.

¿Y de dónde te viene esa excelente relación con los hermanos Vallejo?

Fue en la época donde ellos venía a correr en Gran Canaria con Peugeot, cuando aun no eran pilotos de primer nivel, eran esos pilotos que estaban en mitad de tabla y que uno se fijaba por sus cualidades, yo empecé a seguirlos y a entablar conversación con ellos, recuerdo que les preguntaba muchas cosas y ellos que eran muy dados al buen trato con la gente, y muy cercanos siempre me facilitaban mucha información, me los marqué como referentes y ser el "Vallejo chico de Canarias",(Risas) y por mi parte he intentado ayudarlos en la medidas de mis posibilidades siempre que vienen a correr por Canarias, hasta la actualidad donde tenemos esa amistad muy grande, me han querido, me han valorado y son unas personas maravillas.


¿Tienes algún recuerdo del que no quieras acordarte?

Pues una salida de carretera cuando yo estaba en Volkswagen Canarias, en un rallyes del Corte Inglés, salida que no fue de envergadura, pero claro el problema vino después, cuando se repara, se hace una serie de cambios, también por aquel entonces coincide que sale un modelo nuevo de calle igual al nuestro y se aprovecha un poco pues para también hacer ese cambio a la

carrocería e igualar de cara a la marca nuestro coche de carreras al que se comercializaba, y entre unas cosas y otras, vuelven a modificar los frenos, cosa que a mi poca gracia me hacía. El coche se termina en el taller y me dispongo a llevármelo, momento que aprovecho para testar esos frenos, con tan mala fortuna que me quedo sin ellos y tengo una aparatosa salida de carretera, eso no me ayudó mucho dentro del equipo y me dejó con mal sabor de boca. Lo bueno que con el tiempo se demuestra que el problema que padecía el vehículo y mi veracidad quedaba argumentada, ya que otro piloto prueba en unos test el mismo coche y con el mismo sistema de frenos, y sufre una salida de pista por tal motivo.

Tu tuviste tu faceta de fotógrafo en las carreras también verdad ¿Cuéntanos un poco eso?

De pequeñito, como me encantaba tanto los rallyes, pues quería traerme algo de eso a mi casa, y me encontré la cámara de la luna de miel de mis padres, que era toda de hierro y pesaba como un bloque, ahí empecé hacer mis primeras fotos, hasta que le fui cogiendo el gustillo, además tenía buenas maneras porque ya tenía muy medida las cunetas y las reacciones de los vehículo.

Siempre has estado en rallys de asfalto ¿Nunca la tierra u otra modalidad?

No, no, asfalto hasta la muerte. La tierra quizás me pueda llegar a gustar, pero siempre volvemos a lo mismo, todo parte de tener las herramientas necesarias para poder optar a un campeonato, pero me quedo con el asfalto que pienso que es hoy por hoy la categoría reina y tiene más peso en Canarias.

¿En qué consiste el día a día de Germán Santiago?

Trabajar, como todos, me dedico a una pequeña distribución de repuestos, hacer deporte, me encanta hacer descenso en bici, la naturaleza, ya que yo me he criado en el campo y la vida sana, y de vez en cuando salir con los amigos como cualquier persona normal.

¿Has encontrado ayuda en el mundo de las carreras?

Lo he tenido muy difícil en ese aspecto, por las características de la zona en la que vivo, donde no es significativa por tener empresas grandes o relevantes, más bien son pequeñas tienditas dedicadas a lugares con pocos habitantes, entonces casi siempre han sido apoyos justos y necesarios de amigos y conocidos, tampoco hemos logrado tener ese contacto que nos haya permitido abrir puertas para lograr presupuesto ya no para un gran nivel, sino por lo menos para realizar una temporada óptima.

¿Hasta dónde te gustaría llegar?

Hay que ser realista, y no tengo una edad para llegar muy lejos, pero si es verdad que tenga las mismas ganas que un chico que empieza con dieciocho años. Me gustaría algún día poder pilotar un WRC de los que han corrido en el Mundial de Rallys, aunque sea ya desfasado, un Peugeot 206 o algo similar y aunque uno nunca sepa lo que le depare el futuro, otro de mis sueños es estar en un equipo de cierto nivel, ya que desde que hemos comenzado en esta andadura de la competición, hemos estado batallando con muy pocos medios y eso lleva también a que obtener un palmarés destacado es muy difícil.

¿Qué pilares fundamentales crees tú, que debe de tener un piloto de rallyes con metas ambiciosas?

Principalmente te tiene que gustar este deporte y llevarlo en la sangre, que no sea un antojo de un día, y sobre todo poder tener medios que muchas veces es la clave para llegar lejos, y por supuesto estar siempre dispuesto a aprender.


¿Hasta cuando en las carreras?

Hasta que el cuerpo aguante, la física acompañe y las ganas no se me acaben, que creo que será lo más probable.


 
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